Por: Alí Costas Manaure Se ha vuelto ya muletilla en los profundos discursos rebuscados de diversos dirigentes revolucionarios, el decir que se califica a la vía venezolana al socialismo como “Socialismo del Siglo XXI”, precisamente para diferenciarlas de las anteriores revoluciones que se han dado en diversos momentos y países, más específicamente en el Siglo XX. Entre ellas, la fundamental la Revolución de Octubre y su modelo propio de construcción de la sociedad socialista.
Hace años atrás, influenciados por las tesis del “fin de la historia”, hablar del socialismo era hablar de algo que según estos personajes era “anticuado, sin forma e innecesario” pues “vivíamos nuevos tiempos en el que el marxismo ha pasado a un segundo plano”. Y es aquí donde hay que hacerle a Hugo Chávez un gran reconocimiento, el poner el tema del Socialismo en la calle, entre el pueblo nuevamente, a pesar de que los personajes anteriormente mencionados se acoplen al discurso que antes negaban, en su mayoría de buena fe demostrando un inmenso salto cualitativo, pero otros definitivamente como reproductores del sistema capitalista y su reacomodo en la sociedad venezolana.
La Revolución Bolivariana, como cualquier otra revolución naciente, tiene el deber de nutrirse de las experiencias anteriores de revoluciones, sin la necesidad de entrar a calificarlas ni de ponerle etiquetas, se debe entender estas como un proceso dialectico experimental, donde los errores y aciertos son pan nuestro de cada día. Y la Revolución de Octubre hay que colocarla en el pedestal de la historia como una de las revoluciones fundamentales, no solo del Siglo XX sino de todos los siglos.
El heroico pueblo ruso, luego de haber derrocado un sistema monárquico no se arrodilló ante las reformas y el reacomodo de la naciente burguesía rusa que toma el poder después de desplazar al zarismo moribundo, sino que decidió llevar a cabo la primera revolución socialista, bajo la certera dirección del Partido Bolchevique y del Camarada Vladimir Ilich LENIN.
Revolución que bajo las banderas del marxismo, acompañado del pleno auge del desarrollo de las políticas Leninistas, rompe por primera vez en la historia con la explotación del hombre por el hombre, tras una insurrección de obreros se instala el gobierno bolchevique que se convierte en ejemplo para todos los proletarios a nivel mundial e inicia toda una era de revoluciones anti-capitalistas y de Liberación Nacional. Revolución que instauro un gobierno dirigido desde las bases no solo por el Partido Bolchevique, sino también por la organización obrera y campesina, los soviets.
Revolución que conquisto el derecho a la seguridad social, nunca antes vista. Revolución que desarrollo políticas inmediatas por el derecho de las mujeres como miembros activos y fundamentales en la construcción socialista. Revolución que aplicó inmediatamente políticas educativas en su fase inicial para todos los niños y niñas de Rusia. Revolución que logro la edificación de una potencia política, solidaria con los pueblos en lucha, una potencia militar para la paz que se contraponía al belicismo imperialista. Una Revolución que derrotó a la bestia fascista con la participación del pueblo organizado y su partido en una gesta sin precedentes. Una Revolución que acabo con el analfabetismo de millones y millones de ciudadanos soviéticos. Una Revolución que aplico las máxima del internacionalismo proletario y la unidad de los pueblos en la creación de la Unión de Repúblicas.
Fidel Castro plantea en el año 1967, que “sin la revolución de Octubre fuese imposible en pensar en la Revolución Cubana”. Nosotros hoy podríamos decir que sin la Revolución de Octubre no existiese Revolución Bolivariana. La Revolución Bolivariana se convertirá indestructible en la medida en que nos nutramos de las experiencias revolucionarias pasadas.
La Revolución Bolivariana abraza eternamente a la Revolución Bolchevique.
¡Comunista vivimos y moriremos!
¡No traicionaremos jamás la herencia de Bolívar ni de Lenin!
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